(JESÚS JIMÉNEZ) Joe Hill (1972) es uno de los autores más vendidos y premiados en EE.UU. gracias a novelas como El traje del muerto (2007), Cuernos (2010) y NOS4A2: Nosferatu (2013). Este año es una de las estrellas del festival Celsius 232, que comienza hoy en Avilés, y donde presentará su nueva novela: Fuego (Nocturna), que ha sido un superventas en EE.UU y de la que ya se prepara la adaptación cinematográfica. Narra la historia de los supervivientes a una plaga que hace que los seres humanos ardan espontáneamente. Una estupenda novela en la que, como en la mejor ciencia ficción, están presentes los temas que nos preocupan actualmente como la crisis migratoria, la degradación medioambiental o la pérdida de valores.
“Una de las semillas del libro –cuenta Hill en una entrevista a RTVE.es- fueron las elecciones presidenciales en EE.UU, a las que Obama se presentaba a la reelección. Dijo que uno de sus opositores “no creía en el calentamiento global y que tenía todo su estado en llamas”. Y era cierto, porque en aquel momento había un incendio forestal en Texas que estaba descontrolado, y el gobernador de ese estado era uno de los posibles rivales de Obama”.
“Yo -continúa Hill- empecé a pensar en esos fuegos descontrolados y se me ocurrió la idea de qué pasaría si esos fuegos descontrolados sucedieran en todas partes a la vez. Pensé en lo poco que costaría que la sociedad se colapsara. Luego empecé a pensar a que se podía deber esa catástrofe y me vino la idea de un virus que causará la combustión espontánea de las personas y la imagen de millones de personas ardiendo la vez en todo el mundo”.
“Otro de los orígenes del libro –asegura Hill- fue cuando pensé en las historias de zombis, que me encantan, sobre todo las del desaparecido George Romero. Por ejemplo, pensé en la serie de The Walking dead, que narra la historia de un pequeño grupo de supervivientes armados y separados del resto del mundo por muros. Viven en mundo que es aterrador, peligroso, asqueroso… no puedes apiadarte de los zombis, sólo puedes pegarles un tiro en la cabeza y deshacerte de ellos. Porque no son humanos”.
“Si lo piensas bien –comenta Hill-, esa situación no es muy diferente a la que se vive en Estados Unidos, donde hay gente que quiere levantar un muro entre Texas y esos extranjeros infectados que viven en México. Hay miedo al extranjero, a lo desconocido, al inmigrante, a los enfermos, a las mujeres… y ese tipo de miedo me parece repugnante”.
“Así que –continúa- quería escribir esta novela desde el punto de vista de los enfermos, de los perseguidos… Los protagonistas de mi libro serían los zombis de The Walking dead. Estoy al lado de aquellos a los que la sociedad considera una amenaza simplemente porque son menos afortunados. Y el malo de la historia sería el que mata a los infectados porque cree que así salva el mundo. En Fuego, Rick Grimes es el villano”.
“Resumiendo, es una novela sobre cómo nos separa el miedo, algo que pasa actualmente en Estados Unidos” –concluye-.
En el libro cuenta la historia de Harper Grayson, una enfermera embarazada que contrae un virus que se transmite por la espora de un hongo (escama de dragón), que marca la piel de los contagiados con manchas negras y termina provocando su combustión espontánea. En su huída de los que quieren matarla por estar infectada, a protagonista conocerá a un misterioso bombero que pertenece a un grupo que ha conseguido controlar ese fuego e incluso usarlo para defenderse.
Joe Hill asegura que “William Gibson dijo que toda la buena ciencia ficción trata sobre lo que ocurre en el presente, no sobre lo que ocurrirá en el futuro. Cuando J.R. Tolkien escribió El señor de los anillos trataba sobre fantasía épica, sobre mitos. Pero algunos de sus hijos estaban en la Segunda Guerra Mundial y muchas de sus preocupaciones sobre la guerra están en el libro. Es inevitable. El señor de los anillos es, hasta cierto punto, una metáfora de la Segunda Guerra Mundial”.
“Por eso –continúa- en todas mis historias intento buscar respuestas a temas que nos preocupan actualmente. Por ejemplo, Fuego es la forma que tengo de preguntarme qué pasa con el planeta, que está ardiendo a nuestro alrededor. ¿Qué ocurre con las personas que viven en una época apocalíptica? ¿Te puedes permitir enamorarte de alguien sabiendo que el mundo se puede acabar en cualquier momento? Esos son otros temas que quería tratar en el libro”.
“No tenemos una epidemia de combustiones espontáneas –asegura- pero deberíamos preocuparnos por la presión medioambiental. Eso es lo que intento contar en Fuego, para que reflexionemos, pero desde una perspectiva divertida”.
En todas sus novelas, hasta en las más terroríficas, hay una historia de amor. “El amor es el tema que me parece más interesante -confiesa-. La forma en la que alguien puede entrar en tu vida para inspirarte, hacer que seas una mejor persona, sacar tu mejor versión. Yo escribo historias sobre personas en escenarios y situaciones muy duras, aterradoras. Y creo que el amor, tener un compañero, es lo único que te permite sobrevivir en esos momentos. El amor es lo que hace que mis personajes sigan vivos”.
Los infectados descubrirán que cantar juntos les permite controlar la enfermedad y seguir viviendo. Hill confiesa que: “Casi he abandonado por completo las redes sociales porque lo que hacen es fomentar el odio, el desdén, el desprecio… Si insultas a alguien que no piensa los mismo que tú, los que si lo hacen te animan, dan al like, animan a que desprecies a otros seres humanos”.
“Mientras que –continúa- un buen libro, canción o película, hace que te sientas bien y que ames a la humanidad. Si yo escucho un disco de los Beatles o los Stones, me inspira ver de lo que es capaz el ser humano. Así que abandoné las redes sociales porque lo que quiero es amar a los demás. Y eso se consigue con las obras de arte, discos, películas…”
“Ese defecto -añade- se puede extrapolar a los medios de comunicación, cuya audiencia es más alta si le dicen al público lo que quieren escuchar. Cuando empiezan a fomentar el ritmo tribal del odio nos da un subidón y empezamos a pensar que somos mejores que nuestros oponentes y que vamos a ganar. Y eso es muy peligroso en determinados aspectos”.
La influencia más obvia del libro es Farenheit 451, de Ray Bradbury, algo que Hill no oculta (de hecho durante la entrevista lleva una camiseta del libro). “El título original de Fuego es The fireman (el bombero), y ese era también el título original de Farenheit 451. Las dos son novelas protagonizadas por bomberos que en vez de apagar cosas las incendian”.
“Además –continúa- tengo una política que es acudir a cualquier festival que tenga como nombre un homenaje al libro de Bradbury, así que tenía que estar en el festival Celsius 232 de Avilés (ambos nombres aluden a la temperatura a la que arde el papel). El Celsius es un imán para los mejores creadores de novela, cine, series, videojuegos... y admiro muchísimo al novelista David Mitchell que estuvo aquí el año pasado. Y si él estuvo aquí, yo también quería venir”.
El libro está dedicado a J.K. Rowling que, por cierto, también tiene un cameo muy curioso. “La estructura de Fuego está inspirada en la de las novelas de Harry Potter –confiesa Hill-. Todas sus aventuras comienzan recordándonos que Harry es especial y distinto de la gente que lo rodea. Luego lo arrastran a una escuela donde aprende a usar esos poderes, a la vez que resuelve una serie de incógnitas. Y al final del libro tiene que enfrentarse al mal usando los conocimientos que ha aprendido”.
“Y eso –continúa- es lo que pasa en Fuego. Mi heroína, Harper, es distinta porque tiene el virus de la escama de dragón. Se refugia en un campamento, junto con otros afectados, donde le ayudarán a controlar esa infección, a la vez que tendrá que resolver una serie de incógnitas y problemas. Y al final del libro habrá enfrentamientos que espero que resulten muy emocinantes al lector”.
Otra curiosidad es que el libro también está dedicado a Julie Andrews y Mary Poppins. “Cuando pienso en la felicidad pura y dura –asegura- pienso en volver a los 10 años y ver películas de Disney un domingo por la tarde en la tele. Y quería establecer un contraste entre esa sensación de felicidad y la sensación de angustia que se respira en las novelas apocalípticas. Y para mí, ese alguien que siempre tiene, y transmite esperanza, es Julie Andrews”.
“Además –añade- mis protagonistas, Harper y el bombero, están inspirados en Mary Poppins y el deshollinador. De hecho se está preparando la película de Fuego y siempre he pensado que el actor ideal para interpretar a mi bombero (un inglés en EE.UU) sería Dick Van Dyke, que para mí es el mejor actor británico de todos los tiempos”.
Joe Hill también dedica el libro a sus padres, los populares escritores Stephen King (It, Carrie, La torre oscura) y Tabitha King (Survivor) y es famosa la anécdota de que King lo usó de inspiración para el niño de El resplandor. Aunque él se cambió el apellido para hacerse un nombre, en la literatura, por sus propios méritos. Algo que consiguió.
“Cuando tienes un padre tan famoso como el mío -nos comenta- puedes hace dos cosas intentar alejarte lo más posible de tu padre y hacer algo distinto, o reconocer que tienes un padre maravilloso y hacer lo que puedas para ser como él. Yo siempre he pensado que el hijo que dice “Odio a mi viejo y voy a alejarme todo lo posible de él”, vive siempre a la sombra de su padre y nunca es libre, porque todas las decisiones tienen el fantasma de ¿qué habría hecho mi padre porque yo tengo que hacer todo lo contrario? Mientras que el que es feliz con su padre acabará encontrando su propio camino”.
Pero para este libro, Hill confiesa que la que más le ha ayudado es su madre: “Es una experta en micología y setas. Todo lo que hace mi espora ficticia se puede encontrar en la naturaleza. Y eso me lo enseñó mi madre, que es micóloga aficionada. Todo lo que hace la escama de dragón, la forma de transmitirse y viajar en las cenizas… es una forma habitual de propagación de hongos. La idea de un hongo que establece vínculos con el cerebro ya la hemos visto y en la naturaleza ocurre realmente con arañas y hormigas”.
“No hay una espora –continúa- que provoque la combustión espontánea, como en el libro. Pero sí las hay que contienen fósforo blanco y si te expones demasiado a ellas puedes sufrir quemaduras en la piel. Los conocimientos de mi madre han sido fundamentales para dar ese toque de realidad al libro”.
En Estados Unidos el libro ha sido un enorme éxito de ventas y Hollywood prepara ya la adaptación cinematográfica. “No tengo nada que ver con el guion –nos comenta Hill- pero si lo he leído y me ha parecido muy bueno. La va a dirigir Louis Leterrier (Ahora me ves, Transporter, El increíble Hulk) que es un gran director francés. A ver qué pasa".
No es la única adaptación en marcha de su obra, también se prepara una serie de televisión de Locke & Key (Panini), un cómic dibujado por Gabriel Rodríguez que publicaron desde 2009 a 2013 y con la que Hill consiguió un premio Eisner al mejor guionista (aparte de otras cinco importantes nominaciones para la serie).
“Se está preparando el piloto de una serie de televisión -nos comenta- del que he escrito el guion. Lo está rodando Hulu, que es la plataforma responsable de series de éxito como El cuento de la doncella, y el director va a ser el argentino Andrés Muschietti (Mamá) que también acaba de rodar una nueva adaptación de It, la novela de mi padre, que se estrenará en septiembre y que he podido ver. Creo que es una de las películas más aterradoras de la historia del cine. De hecho, las únicas que me han dado más miedo son Tiburón, El exorcista, La cosa de John Carpenter y Déjame entrar. Está al nivel de esos títulos. Es buenísima”.
“En cuanto a volver al cómic, me encantaría –confiesa-. Pero tengo varias novelas pendientes y he descubierto que escribir un cómic me lleva tanto esfuerzo mental como una novela”.
En cuanto a su próximo trabajo Hill nos adelanta que: “Estoy terminando mi nuevo libro, Strange Weather, que está compuesto de cuatro historias cortas. La primera es sobre una cámara que roba recuerdos, otro es sobre un tiroteo en un centro comercial, la tercera es la de un hombre que se estrella contra una nube sólida y se queda atrapado en ella, y la última es que se abren los cielos y empiezan a llover clavos”.
En cuanto a su miedo más profundo, Hill asegura que: “Ya sabes lo que decía Lon Caney: “Un payaso a medianoche no tiene nada de divertido”. Pero hablando en serio, lo que más miedo me da es que le pase algo a mis hijos de lo que no pueda protegerlos. También me preocupa la historia, que es implacable. Por ejemplo, nunca sabes cuando vas a descubrir que eres uno de los pasajeros del Titanic”.
“También –confiesa- me da mucho miedo la humillación en público. Hay tanta presión social hoy en día que si cometes un error, dices algo equivocado, o se te caen los pantalones en público, siempre habrá alguien para subir tu error a las redes. Y a la gente le encanta usar la impunidad de esas redes para unirse al linchamiento público de alguien. Igual que las bandadas de gorriones atacan a pájaros heridos, los seres humanos hacemos lo mismo. Eso me da mucho miedo. Sobre todo que le pase a mis hijos”.