(EUGENIO FUENTES) Los lectores seducidos por los inquietantes merodeos de la japonesa Kazumi Yumoto en torno a la muerte vuelven a estar de enhorabuena por tercera vez en dos años. Para recordatorio de desmemoriados, de poco atentos y de guadiánicos, Yumoto es la autora de Los amigos y Viaje a la costa, títulos publicados en 2015 y 2016 por Nocturna. Si en Los amigos el punto de vista recaía en los ojos infantiles, en Viaje a la costa la flecha era disparada por el regreso de un difunto que decide instalarse con la mayor naturalidad junto a su esposa. En La Casa del Álamo vuelve la infancia, pero ahora se da la mano con la vejez.
El fallecimiento de su antigua casera hace volver los ojos de la protagonista a su niñez, marcada por la muerte del padre, y le devuelve la imagen de una mujer, sosias de Popeye, a la que apenas conoció unos pocos años. La mujer acumulaba en un cajón centenares de cartas que, algún día, ese que al fin ha llegado con su óbito, deberá entregar a los difuntos.