(V.A.) Buena novela de Carlos Fortea, cultivador hasta ahora de libros dirigidos al público juvenil y sobre todo de traducciones del alemán. Autores como Bernhard, Grass, Zweig o Hoffman han sido vertidos a nuestro idioma por este profesor de la Universidad de Salamanca que ahora nos sorprende con una novela de calado, que se mueve en el París del tratado homónimo, previo al de Versalles, con que se daba por finiquitada la Gran Guerra. Por allí andaban Wilson, Llloyd George y, por supuesto, El Tigre Clemenceau, víctima de un atentado aquellos días.
En plano menor, el representante italiano, Orlando. Y cerca de ellos, en un nivel más bajo, una serie de intrigantes, los jugadores del título de la novela de Fortea. Entre ellos algún español, más interesado en los vaivenes del mercado que en la política de alto voltaje. En el centro de la trama, un par de asesinatos, que no convierten esta novela en negra, sino que le dan un toque sutil, que recuerda vagamente El aire de un crimen benetiano. Una buena novela, en fin, que recrea un tiempo, pero sin abusar de la Historia y creando, eso sí, una (buena) historia.