(ANTONIO J. UBERO) Esta historia comienza un sábado por la tarde y acaba un martes por la mañana. En ese tiempo suceden numerosos acontecimientos: una guerra mundial, nace el mercado común europeo, estallan revueltas populares en medio continente, cae el bloque soviético, y dos familias lo observan todo desde la apacible cotidianeidad de dos granjas danesas en las que la Historia impacta de una forma muy peculiar.
Jens Smærup Sørensen relata estos aconteceres con ese ritmo pausado que envuelve la vida rural, y aparentemente alejada del ajetreo histórico. Sin embargo, todo lo que sucede más allá de esos prados influye en las vidas de los personajes de esta novela, y lo sabemos por cómo reaccionan cuando las circunstancias les reúnen en torno a una mesa, una cuna o un féretro.
Son los Días señalados que le dan título a la novela, y sirven para conocer las trayectorias de unos personajes que no son ajenos a su entorno, a pesar de permanecer aferrados a unas rutinas aparentemente inmutables, que Sørensen expone con esa cadencia tan habitual en la narrativa escandinava. Un ritmo acompasado con la caída de la nieve o el movimiento de la hierba en manos de la brisa.
Son diferentes puntos de vista que orbitan en torno a tres personajes bien definidos: el impetuoso Peder y los hermanos Axel y Ellen, una chica impedida y soñadora a través de cuyos ojos observamos el transcurrir del tiempo y las vicisitudes de sus parientes y de las aldeas en las que viven.
Con todo este material, Sørensen emplea una curiosa metáfora para relatar los cambios sociales y políticos que se han producido en Europa durante casi un siglo. La construcción y destrucción, el nacimiento y la muerte son las constantes de la evolución, y el autor las tamiza a través de las experiencias cotidianas de una serie de gente anónima que, sin embargo, son las que en definitiva protagonizan todos los acontecimientos que luego conforman la Historia. Una novela extraordinaria que inocula un sentimiento de paz al lector.
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