James Dashner bate los récords de firmas en la Feria del Libro de Buenos Aires (Terra)

16 de mayo de 2014
(TERRA) James Dashner, el autor norteamericano de la saga juvenil The Maze Runner [El corredor del laberinto], batió todos los récords de firmas en la edición número 40 de la Feria del Libro, donde firmó ejemplares durante cinco horas consecutivas.
"Nadie en los 40 años de la Feria del Libro produjo semejante fenómeno masivo", aseguró Gabriela Adamo, directora de la Feria del Libro.
Desde el mediodía, miles de chicos leían y tomaban mate tirados en las veredas o en el pasto esperando el ingreso a la sala Jorge Luis Borges, con capacidad para 800 personas, para poder ver a su autor favorito. Una segunda fila se formaba, a la misma hora, frente al stand de la editorial latinoamericana de la serie, para guardar un lugar para la firma, que llegó a dar la vuelta completa a todo el perímetro de la Feria.

A las 18, Dashner subió al escenario donde lo esperaban miles de fanáticos que coparon la sala, y los alrededores del predio y siguieron la charla desde las pantallas exteriores. Los visitantes de la feria se acercaban curiosos al escuchar los los gritos de la multitud que le rendían culto como si fuera una verdadera estrella del pop.

"Ya comenzada la charla, las autoridades de la Feria y de la editorial decidieron trasladar la fila para la firma, para encauzar el aluvión de público que nadie había previsto y que amenazaba con desbordar todo el funcionamiento de la feria", comentan los organizadores. Una vez en el stand, "el autor no paró de firmar", aseguran desde la editorial que, junto con la embajada de Estados Unidos, hizo posible la visita del autor a la Argentina.

Si bien Dashner firmó un solo ejemplar por persona -fueron un poco más de seis mil-, los lectores fueron munidos con dos, tres y hasta cuatro de sus libros. Esa misma tarde la editorial vendió 1.500 de la edición especial de la serie. Se estima que unos 8.000 chicos y chicas, y adultos también fanáticos de Dashner esperaron hasta 10 horas para poder estar cerca de su autor, tener la firma, con suerte sacarse una foto y decirle en pocos segundos: "Gracias, James".

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