(I. C. CÓRDOBA) Marius Daniel Popescu, de origen rumano pero afincado en Suiza, es uno de los Poetas del Mundo invitados por Cosmopoética en su décima edición. El lunes compartió una lectura poética con el chino Xi Chuan y el argentino Andrés Neuman, y el miércoles estará en Madrid presentando su última novela,
La sinfonía del lobo (Nocturna). Su mayor referente a la hora de escribir, asegura, es la vida misma.
¿Qué sensaciones tiene tras su primer contacto con Córdoba?
Hablo sin tener todavía una experiencia de lo que es la ciudad, ya que solo llevo aquí unas horas que me han permitido conocer el camino entre el hotel y la sala (Orive, donde tuvo lugar la lectura). Mi primera impresión es que existe un gran deseo de agradar por parte de la gente de a pie y de la organización. Para mí, que ya he tenido oportunidad de visitar varios festivales, noto en Córdoba una pasión especial, unas ganas de que todo salga bien y de solucionar de forma espontánea cualquier imprevisto.
¿Qué se llevará a casa de su contacto con otros poetas en Cosmopoética?
Estoy realmente impresionado con Cosmopoética, y encantado de haber encontrado aquí a otros poetas francófonos con los que intercambiar impresiones sobre todo de nuestra manera de trabajo. Tenemos una lengua en común, pero procedemos de continentes diferentes, y conocer su manera de trabajar es algo que particularmente me satisface.
¿Cuáles son esas diferencias? ¿Se nota mucho la brecha cultural?
Para mí, sin conocer en profundidad la poesía de los otros autores, a los que he conocido hoy, hay que valorar la propia experiencia humana del intercambio distendido y de las conversaciones con otros poetas. Conversaciones que en principio pueden no tener que ver directamente con la poesía, pero muestran una manera de ser diferente, una manera de emocionarse y de expresarse distinta. Quizás eso es algo más palpable en el mundo del arte. Precisamente porque nuestra unidad de trabajo es la palabra y ahí es donde se pueden ver muchas diferencias.
¿Qué literatura en lengua española conoce?
Borges, García Márquez, Vargas Llosa... Autores ya clásicos que a mí personalmente me hablan porque me siento parte de la latinidad al ser de Rumanía. Encuentro una comunidad de sensaciones que, aparte de estos grandes maestros, también he conocido en otros festivales. En Canadá conocí a Silvia Montenegro, una poeta argentina. Al final uno encuentra la manera de comunicarse pese a hablar lenguas distintas.
¿Son estos festivales una oportunidad para conocer a poetas de otros países y de darse a conocer?
Yo no soy un poeta encerrado en mí mismo, solitario y taciturno. Al contrario, soy una persona muy social y de por sí agradezco el encuentro y el reencuentro, todo lo que está asociado al festival: entrar, salir, comer, beber, observar la vida. La propia existencia del festival es motivo de agradecimiento. La obra de configurar un festival, que es el todo donde se ven las partes, que serían los autores y sus obras, es una suma mayor. Ningún poeta por sí mismo puede producir el efecto de masa crítica y de creación de poesía que genera en sí mismo la organización de un festival. Que haya un equipo entusiasmado por que salga adelante este proyecto, eso es la poesía con mayúsculas.
¿Cuales son sus referentes literarios a la hora de escribir?
No soy partidario de citar unos cuantos nombres, porque eso implicaría dejar a otros fuera. Mi experiencia como poeta la obtengo de observación de mi vida y de la vida de los demás. El más mínimo incidente, la situación más nimia, puede ser una musa.
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