11 de febrero de 2013
DESCRIPCIÓN:
«MÁTAME. SI ALGUNA VEZ HAS SIDO MI AMIGO, MÁTAME».
Desde hace tres semanas, Thomas vive en una habitación sin ventanas, de un blanco resplandeciente y siempre iluminada. Sin reloj y sin contacto con nadie, más allá de las tres bandejas de comida que alguien le lleva a diario (aunque a horas distintas, como para desorientarle).
Al vigésimo sexto día, la puerta se abre y un hombre le conduce a una sala llena de viejos amigos.
—Muy bien, damas y caballeros. Estáis a punto de recuperar todos vuestros recuerdos. Hasta el último de ellos.
«Un final explosivo para la trilogía de El corredor del laberinto (...). El corazón os irá a cien por hora hasta el último momento». Kirkus