Krall (1935) -una judía de Varsovia que sigue viva porque se pasó casi toda la infancia escondida de la bestia, mientras sus familiares caían uno tras otro- pone en pie la increíble peripecia de una mujer que, tras escapar del gueto y fabricarse una nueva identidad, decide regresar al infierno cuando se entera de que su marido ha sido internado en un campo de concentración. Comienza así un viaje por las diferentes estaciones del horror nazi, desde las celdas azulejadas de la Gestapo hasta los mismísimos campos de exterminio. Acongojante pero muy instructiva.