Traducción: Julià de Jòdar
Prólogo: Jesús Ferrero
«Cuando rememoro la época en que se acababa mi juventud, nada me parece más opresivo, más perturbador, que el recuerdo de los meses en que maduraba, sin comprenderlo aún, la resolución de la guerra de 1914…».
El protagonista de El rey Cophetua, un soldado sin nombre que resultó herido en la Batalla de Flandes, inicia la novela al rememorar el otoño de 1917 en Francia, justo antes de que la guerra llegase a su final. Es el día de Todos los Santos. Mientras el personaje viaja desde París a Braye-la-Forêt para visitar a Nueil, un viejo amigo, evoca todos sus recuerdos de la guerra, los bombardeos y el dolor. Entretanto, piensa en su amigo: se pregunta por qué lo habrá llamado y, al mismo tiempo, desea verlo. Pero cuando finalmente llega a la villa de Nueil, este no está. En su lugar lo recibe una doncella, también sin nombre.
Entre esos dos desconocidos prácticamente anónimos tiene lugar un encuentro (retratado por André Delvaux en su película Rendez-vous à Bray) que, más que por el presente y el futuro, se preocupa por el pasado, por revivir, mediante un plano intemporal donde sólo quedan sombras, el momento que «marcó el fin de su juventud».
Julien Gracq nació en Saint-Florent-le-Vieil en 1910 como Louis Poirier y se licenció en Ciencias Políticas. En 1937 se afilió al Partido Comunista Francés, aunque luego lo abandonó a causa del pacto germano-soviético. Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo cautivo como prisionero de guerra en Silesia. Algunas de sus obras son En el castillo de Argol (1938), El mar de las Sirtes (1951) -novela por la que recibió el premio Goncourt, que rechazó-, Los ojos del bosque (1954), El rey Cophetua (1970; Nocturna, 2010) y La península (1970; Nocturna, 2010). Tras su fallecimiento, en Angers en 2007, se encontró el manuscrito de Las tierras del ocaso (2014; Nocturna, 2016).
978-84-938013-0-4
Octubre 2010
Rústica con solapas
112
15,00 €
Noches Blancas, n.° 4
"Las tierras del ocaso" (El Cultural)
El último regalo de Julien Gracq (El Norte de Castilla)
"Las tierras del ocaso" (Julien Gracq)
De lectores y lecturas: Irina C. Salabert (El Corte Inglés)
El rey Cophetua, un viaje nocturno de Julien Gracq (La República Cultural)
Esperando entre los últimos obuses (El rey Cophetua en La Nueva España)
Este es un libro perfecto.
Isabel Núñez (La Vanguardia)
No leerlo es perderse una joya literaria.
Francisco Solano (El País)
La leyenda sajona del rey Cophetua, un misógino que se enamoró de una mendiga, se recrea de modo alegórico en estas páginas, que la trasladan a los compases postreros de la I Guerra Mundial para componer una narración magistral sobre los misterios de la espera.
Eugenio Fuentes (La Nueva España)
Gracq es uno de los escritores más estimulantes, originales e imaginativos de la literatura francesa contemporánea.
The New York Times Book Review
Nada le importaban los oropeles porque brillaba siendo única y exclusivamente lo que era: Julien Gracq, escritor francés.
Le Figaro
Julien Gracq desarrolló a lo largo de toda su obra una novelística del hábito, de los paisajes y “excursiones” interiores y exteriores.
Mathieu Lindon
Julien Gracq no es tan sólo el mejor paisajista de nuestra literatura —más preciso que Chateaubriand, más musical que Stendhal, más sensual que Proust—, es también uno de los escritores contemporáneos que transmite con más intensidad a sus lectores la energía, la viveza (...), es decir, lo que él mismo denominaba “la melodía de la vida”.
Télérama
Como Novalis, de quien se sentía muy próximo, Gracq concebía una realidad más vasta, aunque sin fisuras, y abierta a todos los horizontes.
Le Monde
Los textos de Gracq brillan en la penumbra literaria como esos “hermosos buques fantasmas” que evocaba Claude Roy. La lectura de Gracq es una experiencia incomparable.
Libération
A Gracq no le dieron el Premio Nobel porque lo hubiera rechazado.
El País